lunes, 16 de febrero de 2015

LA MEMORIA DE BUNGE
















LA MEMORIA DE BUNGE

Fermín Huerta Martín


No hay como trabajar en un proyecto vasto, interesante e inconcluso para vivir feliz y  largamente.
Mario Bunge.


Para un entusiasta de Bunge, leer sus memorias es como para un goloso quedarse encerrado en una pastelería, todo lo que ve le gusta y todo lo que prueba le encanta (o casi). Desde su infancia, educación, viajes, vida académica y sobre todo su obra y los entresijos de esta, todo lo que se lee en sus memorias endulza el paladar del bungista o bungeano, que no puede por menos que sentir envidia de una vida intelectualmente plena que ha producido una obra impresionante, profunda, extensa, diversa y extremadamente interesante, pero claro que voy a decir yo que soy un entusiasta de Bunge.
El libro es una buena introducción a su obra, repasa los temas que toca a lo largo de su vida a los que dedica la mitad de los capítulos del libro: física y realismo, filosofía exacta, materialismo sistémico, biofilosofía, mente y psicología, filosofía social, y tecnofilosofía. El mismo se encarga de hacer un resumen de sus aportes a la ontología (pág. 256) y la filosofía de la mente (pág. 303).
Me ha resultado especialmente curioso e interesante de saber que tardo seis años en escribir el que es mi libro favorito de Bunge El moblaje del mundo, un libro absolutamente impresionante donde expone su ontología.
Es curiosa también una crítica de su mujer que dice en la última página del libro que Bunge es a veces difícil para convivir, no lo hubiera imaginado pero por lo menos ya puedo decir que tengo algo en común con él aunque sea negativo. También coincido con él en la pasión por buscar en las librerías de viejo.
También parece describirme cuando define en la página 46 el diletante: lee lo que le gusta, no lo que debiera, de modo que su formación es deficiente y su producción suele carecer de rigor. No maneja lenguas extranjeras, solo tiene acceso a obras de divulgación, no hace mediciones ni experimentos e improvisa ensayos que no somete al arbitraje de expertos.
A pesar de esto valora positivamente a los aficionados, dice que en los países subdesarrollados la cultura superior es cosa de ellos. Confiesa haber sido uno de nosotros, dice “durante mis estudios universitarios de Física seguí leyendo filosofía en la forma desordenada típica de los aficionados”. Dice en otro lugar “como aficionado a la filosofía que era, leía lo que me gustaba no lo que necesitaba”.
Aprovecha para hacer autocrítica, dice por ejemplo en la pág. 222: “Usando la misma teoría construí un “Modelo del dilema electoral argentino” (…) yo no tendría que haber escrito ese artículo. Espero haberme redimido en publicaciones posteriores…”
Y también en la pág. 363: “este libro corrige el utilitarismo ingenio que había adoptado antes sobre la ética y la ciencia”
Ahora para demostrar que los entusiastas también podemos hacer críticas expondré dos, una breve y otra un poco más larga:
En la página 355 hace una lista de críticas a Popper entre las que incluye “admitió la acción instantánea a distancia” cuando Bunge ya está aceptando otro proceso instantáneo, lo hace cuando acepta el entrelazamiento cuántico, en El moblaje del mundo pág. 369 dice: “Podrían existir sucesos instantáneos propiamente dichos, vale decir, cambios que no tomaran ningún tiempo. Si tales cambios existen no lo sabemos”.
Bunge menciona al filósofo español Gustavo Bueno en dos partes de su libro las páginas 246 y 322, la culpa de esto lo tiene el planteamiento del libro basado en una mezcla de relato cronológico con relato temático, lo que le hace repetir algunas cosas dos veces, como la anécdota de los economistas en el I Congreso de Teoría y Metodología de las Ciencias celebrado en Oviedo en 1982 donde conoció a Bueno, su opinión repetida sobre él es esta:
Pág. 246: “Bueno me explicó su “teoría del cierre categorial”, que le había hecho famoso en España, pero no la entendí. Pedí explicación a muchos otros filósofos, entonces y después, y cada cual me ha dado una versión diferente”.
Pág. 322: “Bueno era un personaje interesante que creía merecer fama por haber gestado su “gnoseología del cierre categorial”. A juzgar por las respuestas que me dieron los filósofos españoles, a quienes pregunté qué era eso, nadie la entendía: cada cual la interpretó a su manera. Ésta es la única ventaja que confiere la confusión: que genera comentaristas sin fin.”
Vaya por delante que siento por Gustavo Bueno la misma admiración que por Bunge (admiración critica en ambos casos), son los dos filósofos vivos a los que considero mis maestros filosóficos, sus respectivas obras son extensas e interesantes, a veces han coincidido en exposiciones temáticas, como por ejemplo ontología (Ensayos materialistas y El moblaje del mundo) y otras veces han seguido rutas propias de intereses particulares como Foundations of Physics o El animal divino. En cualquier caso considero a sus respectivas obras globales como equiparables en importancia, lo digo después de haberlas estudiado con todo el interés y profundidad que he podido como simple aficionado.
Mientras que Bueno ha demostrado conocer la obra de Bunge y la ha criticado (ver por ejemplo mi artículo Críticas de Gustavo Bueno a la causalidad en Mario Bunge), Bunge tiene pocas declaraciones sobre Bueno, analicemos las que realiza en este libro que nos ocupa.
Lo primero que sorprende es el cambio de lo dicho en una página a lo dicho en otra con respecto a la fama, en la pág. 246 le había hecho famoso y en la pág. 322 creía merecer fama. Son dos cosas muy diferentes, el primero sería un hecho objetivo y el segundo un simple deseo subjetivo. En el primer texto se menciona que Bueno le explico su teoría en el segundo no.
La cuestión es la siguiente, Bunge asistió a la conferencia que dio Bueno el día 13 de abril de 1982 con el título El cierre categorial aplicado a las ciencias físico-químicas, al terminar fue el primero en intervenir y dijo: “Creo que haríamos una injusticia a la exposición del Profesor Bueno, si pretendiéramos examinarla críticamente en cinco minutos, porque en realidad nos ha dado el resumen de todo un sistema filosófico; entonces tendríamos que estar reunidos aquí durante un año entero.” Desde luego no dice en ningún momento que no ha entendido lo expuesto, después dice que preguntó a los filósofos españoles que era eso y que nadie la entendía, no se a cuantos pregunto para cuantificar ese nadie. Con la pregunta realizada en la misma época hay un problema, con anterioridad a este congreso la Teoría del cierre categorial solo se había publicado en 1976 por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, texto de unas lecciones dictadas el año anterior, también existían unos volúmenes para la Fundación Juan March de un embrión de la teoría pero estaban inéditos. Por lo tanto la teoría tenía una difusión muy limitada lo que imposibilita tanto que fuese muy conocida por los filósofos españoles (la mayoría de ellos peleados con Bueno) como que lograse fama por esta obra. Es a raíz de este congreso cuando se publica en las actas la conferencia donde participa Bunge y posteriormente en 1992 se publicó el primer volumen y en 1993 cuatro volúmenes más de una obra inicialmente prevista en 15 volúmenes.
Si de verdad hubiera estado interesado en conocer la teoría podía haber acudido a estas dos últimas fuentes citadas en lugar de preguntar a terceros, en sus memorias dice: “me llevó una década comprender el materialismo dialéctico” no parece que en esta ocasión tuviera tanta persistencia en el empeño. Si se hubiera tomado la molestia de leer esos textos hubiera comprobado que la teoría es entendible y al confrontarla con sus propias posiciones es criticable. Me pregunto si no hay otras motivaciones para no realizar el “esfuerzo”, como por ejemplo considerar de antemano a Bueno un filósofo secundario, provinciano, pintoresco a lo sumo, alguien sin relevancia internacional que no merece la pena estudiar ni perder el tiempo en criticar. Haber prejuzgado a Bueno en base a simples apariencias no es una actitud filosóficamente honesta.
Termino copiando los errores que he encontrado en la presente edición, no deja de ser preocupante que los libros que voy leyendo de Bunge vayan acompañados de errores, aunque en su mayoría  insignificantes pero que dan la impresión de que no se ha tenido el cuidado que los textos de Bunge merecen. Aquí os pongo los enlaces a otros libros de Bunge donde he encontrado errores.
Los errores de los tres primeros volúmenes de su Tratado de filosofía los podéis encontrar en mi artículo En busca de la ontología perdida, los errores del volumen cuatro del Tratado los podéis encontrar en mi artículo El problema más importante del materialismo, los errores de Filosofía para médicos se pueden leer en mi texto Medicina para médicos.

FE DE ERRATAS
Página – error – corrección

55 – 1974b – 1974c
60 – aunque que no – aunque no
98 – 1974a – 1974c
102 – Bunge, 1958 – no existe en la Bibliografía del libro
102 – 2003a – 2003b
105 – 1983b – 1983c
110 – ya le habría mostrado – yo le habría mostrado
137 – En esa primera esa visita – En esa primera visita
162 – Nos paramos a converser – Nos paramos a conversar
162 – visa nortemericana – visa norteamericana
214 – 1976d – no existe en la Bibliografía del libro
214 – 1974b – 1974c
216 – Bunge, 1974a y 1974b – Bunge, 1974c y 1974d
237 – 1997 – 1997a
239 – 1978 – 1978a
240 – 1979 – no especifica letra
244 – 1960 – 1959b
246 – cierre categorical – cierre categorial
248-249 – intercambian los pies de fotos
250 – 2006 – 2007c
256 – 3500 billones – 3500 millones
263 – Bunge, 1945 – la referencia real no está en la Bibliografía
263 – Bunge, 1969 – Bunge, 1969d
289 – 1981 – 1981a
290 – 1980e – no existe en la Bibliografía del libro
294 – in Galveston – en Galveston
300 – 2003a – 2003
307 – cando empezaron – cuando empezaron
312 – si es desleal es condenado – si es leal es condenado
316 – Ciencia y Desarrollo – Ciencia y desarrollo
348 – capitalism – capitalismo
364 – 2013 – 2013a
372 – La entrada de Bertalanffy repite dos veces el trozo final.
374 – dilemma - dilema
375 – dualism – dualismo
375 – enfoque psicológico – enfoque psicobiológico
376 – Filosofía de la ciencia – Sociología de la ciencia
377 – Buscar la filosofía en la ciencia social – Buscar la filosofía en las ciencias sociales
378 – ; Thurler – y Thurler
387 – converser largamente – conversar largamente

2 comentarios:

  1. Acabo de eliminar uno de los errores de la lista, se trata de este:
    184 – quien publica no come – quien no publica no come
    El propio Bunge acaba de escribirme y comunicarme que no es un error que en aquella época en la McGill “Fui castigado por publicar”.

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  2. Al publicitar el presente artículo en el Facebook Lecturas y análisis de las obras de Mario Bunge
    https://www.facebook.com/groups/lecturas.mariobunge/
    Gerardo Primero hizo un interesante comentario que merece la pena reproducir aquí así como mi respuesta:
    “Es una reseña interesante. Pero disiento cuando escribís "Haber prejuzgado a Bueno en base a simples apariencias no es una actitud filosóficamente honesta". Me parece que la cuestión no pasa ni por un "prejuicio", ni por una "deshonestidad". La cantidad de producción filosófica global es muy alta, y dedicar tiempo y esfuerzo a discutir con una postura implica no hacerlo con otras posturas. Estas condiciones implican que inevitablemente cada filósofo debe realizar una selección de las posturas que discute, aplicando los criterios de selección que considere razonables y adecuados. Coincido con vos si lo que planteás es que "la baja relevancia internacional de un conjunto de tesis filosóficas no implica necesariamente que esas tesis tengan menos valor que otras". Pero esto no implica que la relevancia internacional no sea un criterio razonable y defendible (entre otros criterios posibles) para realizar la selección. Por otro lado, si había interés en que Bunge discuta la teoría del cierre categorial, correspondía a los proponentes de esa teoría plantear el debate mediante publicaciones académicas, y argumentar los acuerdos y desacuerdos respecto a las tesis de Bunge. En diversas ocasiones, Bunge respondió a quienes plantearon debates académicos con estas características.”

    “Gerardo: seguramente la explicación que das es la correcta. Si a Bunge no le intereso el tema el día que escucho la conferencia poco más se puede decir. Mi planteamiento estaba enfocado a las causas de esa falta de motivación que por supuesto son legítimas (aunque criticables), tu planteamiento es muy plausible.”

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